Si hiciéramos una encuesta relacionada con audio y video al departamento de diseño de interiores en un despacho de arquitectos, donde la pregunta fuera:

¿Qué tipo de altavoces considera usted que debería tener una casa habitación?

En base a mi experiencia creo que las respuestas pudieran ser muy simples y similares, comúnmente dirían algo como:

Los altavoces que no se vean o que casi no se vean.

Lo anterior ha sido una constante durante muchos años y en diferentes proyectos no solo residenciales sino también comerciales. El concepto de diseño de interiores es muy importante y tiene mucho peso, solo que en ocasiones se pasa por alto el aspecto funcional, en este caso no todos los altavoces son iguales y tampoco el tipo “invisible” dentro del plafón funciona en todas las aplicaciones. Es ahí donde cualquier integrador o diseñador de sistemas de sonido puede llegar a irritarse.

Para quienes se dedican al audio y video estoy seguro de que al menos en una ocasión el argumento de: “esas bocinas no combinan con el mobiliario o con el diseño” les han hecho modificar una propuesta. No quiero decir que siempre pasa eso, ya que existen profesionales de la arquitectura y diseño quienes han aprendido a valorar y tomar en cuenta esta especialidad, que para muchos clientes el sonido en sus casas significa algo importante en sus vidas y por lo tanto se le tiene que dar un trato especial al definir estos conceptos.

Para el tipo de cliente cuya afición por la música y el sonido de alta calidad es prioridad, la selección de altavoces dependerá en su mayoría de él, en proyectos donde el caso es distinto, esto puede llegar a ser una decisión compartida o influenciada entre el consultor de audio y el interiorista, hasta este punto no me he referido al costo de los altavoces sino únicamente al tipo, siendo prácticos entre los que no se ven tanto (dentro de muro o plafón)  y los que si se ven (tipo torre, bookshelf, montaje a superficie, barras, etc.).

Muchos de nuestros clientes van a tener el sistema de sonido que los consultores les sugiramos y que este dentro de sus presupuestos, tenemos una labor importante para mejorar la comunicación tanto con cliente y arquitectos para dar a conocer los beneficios y las diferencias entre el uso correcto de cierto tipo de altavoces, si lo hacemos de una manera efectiva creo que todos saldremos ganando, no todos los altavoces “que se ven” están peleados con el buen gusto, muchas veces pueden lucir incluso más que otros elementos.

La apariencia de un producto por si sola influye en gran medida en la decisión de compra, el estatus o renombre también, independientemente de cuales sean sus bondades.  Solo aquellos productos que cumplen todas las exigencias de funcionalidad, calidad y diseño, llegan a cruzar las barreras de lo convencional y marcan una preferencia ante los demás, es ahí donde solo los mejores destacarán ante la gran oferta existente, no son muchas las opciones, solo unos cuantos son consistentes entre apariencia y desempeño fuera de serie.

Como conclusión todos los involucrados en el proyecto deberíamos ser consientes de las necesidades de las otras especialidades y defender nuestros puntos con argumentos válidos, también ser flexibles hasta el punto donde el cliente no sacrifique calidad, funcionalidad, rendimiento y buen gusto.

Para que no les vaya a pasar como aquel cliente que adquirió unos altavoces high end tipo torre, de gama super alta, de esos que rara vez se pueden ver, pero al decorador les gusto para que fueran la base de unos floreros, eso sí irrita a cualquiera.